no es casualidad que suba una foto de lado, quise subirla tal y como me la saqué con mi teléfono, ni siquiera me di el trabajo de girarla con photoshop, quise aparecer así, completamente natural, con mi cara de 10:30 de la mañana, encerrada en una oficina de scl, extrañamente pasándomela bien. Y es que estuve muy enferma, o más bien, mi cuerpo estuvo enfermo, me agarré uno de esos bichos misteriosos que andan pululando por la ciudad, que más encima son selectivos los hijos de puta, porque si tienes las defensas bajas te agarran y te ponen todo tu mundo patas pa’ arriba. La pasé mal, de verdad muy mal, fue horrible pasarse como 15 días de la vida enferma, sin saber con certeza qué se tiene, tratando de seguir con la rutina diaria, pero no… imposible!, el bicho tenía preparado para mi un sinfín de incomodidades físicas, una lluvia de malestares varios, y lo peor un desánimo y un desencanto de mierda a la vida, que me llevo al punto de llamar llorando a mis papás, cosa extraña en mi que (al igual que la mayoría de mis amigas) me creo superwoman. Fueron días de confusión y olvidos, de océanos de lágrimas, que fueron sorteados de la mejor manera por mis compañeros de hogar…
Y... finalmente... pese a mi resistencia.... todo se sucedió, hubo viaje de los papás a santiago a bendecirnos con una divina cazuela de pollo preparada por la maga (así calificó Jo la cualidades culinarias de mi madre), juegos con el nieto (que también fue atacado por el bicho), conversaciones domésticas de esas altamente necesarias en mi vida personal y gracias al pulentísimo la calma llegó de golpe el viernes, por fin. Disfrute como nunca caminar por la calle otra vez, ese sencillo ejercicio de caminar mirando lo que pasa en la ciudad fue para mi un regalo inmenso, ya estaba harta de estar encerrada, de sentirme incapaz, de agobiarme de culpas porque no podía ser buena madre, fue un verdadero placer caminar por las calles atestadas de autos de providencia, me parece que inclusive sonreí.
Y ahora, con altura de miras creo que estaba enferma desde mucho antes, así como de adentro, enferma del alma. Los últimos meses me la pase llena de confusiones retorcidas, buscando siempre el pero de las cosas, buscando la incomodidad , sin relajarme, pensando siempre en pasado mañana, planificando casi obsesivamente la vida, uffff qué agotador vivir así…. millones de veces escuché a jo decirme “calupita relájate” y siempre respondí con un “no puedo”, y tuvo que aparecer un bicho, uno de esos bichos misteriosos que andan pululando por la ciudad, que más encima son selectivos los hijos de puta, porque si tienes las defensas bajas te agarran y te ponen todo tu mundo patas pa’ arriba, para dame cuenta de que tengo una vida maravillosa, y que tengo muchas ganas de vivirla improvisando, inventando, jugando, arriesgándome, y en una de esas vueltas ojalá usted que me está leyendo tenga la dicha de encontrarme, porque queda Calú para rato.