foto: Niño Mapuche - Daniel Cabrera
Arauco tiene una pena
que no la puedo callar,
son injusticias de siglos
que todos ven aplicar,
nadie le ha puesto remedio
pudiéndolo remediar.
Levántate, Huenchullán.
Un día llega de lejos
huescufe conquistador,
buscando montañas de oro,
que el indio nunca busca,
al indio le basta el oro
que le relumbra del sol.
Levántate, Curimán.
A dónde se fue Lautaro
perdido en el cielo azul,
y el alma de Galvarino
se la lleva el viento Sur,
por eso pasan llorando
los cueros de su kultrún.
Levántate, pues, Callfull.
Del año mil cuatrocientos
que el indio afligido está,
a la sombra de su ruca
lo pueden ver lloriquear,
totora de cinco siglos
nunca se habrá de secar.
Levántate, Callupán.
Arauco tiene una pena
más negra que su chamal,
ya no son los españoles
los que les hacen llorar,
hoy son los propios chilenos
los que les quitan su pan.
Levántate, Pailahuán.
Ya rugen las votaciones,
se escuchan por no dejar,
pero el quejido del indio
por que no se escuchará
Aunque resuene en la tumba
la voz de Caupolicán,
levántate, Huenchullán.
(Arauco tiene una pena - Violeta Parra)